DOCENCIA Y TECNOLOGÍA, ¿aliadas o enemigas?
¡Buenos días de nuevo!
Hoy vengo por aquí para hablar un poco de las TIC aplicadas a la docencia y al proceso de aprendizaje. Es el tema que tratamos en la última clase y me pareció muy interesante, ya que pude ampliar mi punto de vista.
A causa de la situación sanitaria que estamos viviendo y que hemos vivido durante el pasado año, nuestro modo de vida se ha visto afectado. Nuestra vida social y movilidad se han visto reducidas por la crisis del COVID-19. Entre los aspectos diarios que se han visto modificados debemos destacar la enseñanza y la vida laboral. En este caso es la educación el tema que nos concierne.
Desde que nos vimos en la situación de confinamiento domiciliario, las clases han sufrido cambios importantes, entre ellos la no presencialidad de las mismas. Por este motivo las TIC han sido un gran aliado para todos, puesto que han facilitado que tanto alumnos como profesores siguieran en contacto y en la medida de lo posible las clases siguieran el ritmo habitual.
Bien es cierto que desde hace ya unos años existe la posibilidad de estudiar a distancia a través de internet, pero no es una modalidad que esté muy extendida. Es por ello que tanto alumnos como profesores sufrieron las consecuencias de un cambio tan brusco.
Podemos decir que no todos estamos adaptados del mismo modo a las nuevas tecnologías y que incluso algunos todavía no tienen acceso a internet diariamente o dispositivos para poder seguir con las clases. Por ello, los primeros meses fueron muy duros, ya que era necesario que tuviéramos unos conocimientos básicos sobre las TIC que muchos de nosotros no teníamos.
Esta situación debe hacernos abrir los ojos y darnos cuenta que el conocimiento no ocupa lugar, y que nunca sabemos cuando vamos a necesitarlo. Además, me gustaría que comentáramos aspectos positivos que puede tener la introducción de las TIC en la enseñanza y que muchos de nosotros seguramente desconocíamos.
En primer lugar, este tipo de docencia da lugar a una actualización constante. Es decir, las paginas web se pueden actualizar diariamente, se puede seguir añadiendo información o incluso renovarla. Este proceso es mucho más lento si hablamos de libros de texto, diccionarios en papel... Además, se tiene acceso a una cantidad enorme de información que, eso si, debe ser muy bien contrastada y seleccionada, puesto que cualquiera puede hablar en internet sobre el tema que le plazca y debemos ser conscientes de que no toda la información es válida.
Por otro lado, creo que todavía no estamos 100% familiarizados con esta herramienta, ya que en ningún momento se nos imparte formación básica sobre ella y por tanto existe una brecha tecnológica. Bien es cierto que los jóvenes tenemos mayor facilidad de adaptación, ya que hemos nacido rodeados de este tipo de recursos tecnológicos. Pero los docentes necesitan un período de adaptación mayor e incluso diría que cursos de formación, para garantizar que conocen los recursos y como se pueden utilizar de la manera más útil.
Creo que todavía nos queda camino por recorrer, pero estamos en el camino indicado. Poco a poco, iremos adaptándonos mejor y sabemos exprimir al máximo las ventajas de estos recursos, pudiendo así aplicarlos a un mayor rango de actividades, entre ellos la docencia.
Espero que os haya gusta mi reflexión y que os sirva para reflexionar a vosotros también. Este tema es muy amplio y hay diversidad de opiniones, todas válidas.
¡Nos vemos muy pronto!
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